Los problemas de visión o de oído no son raros entre la población infantil pero lo verdaderamente preocupante es no descubrirlo a tiempo. Tanto los familiares directos como los profesores solemos ser los que advertimos si existe alguna anomalía no descubierta.
En muchas ocasiones los asuntos relacionados con el fracaso escolar, o con el bajo rendimiento de ciertos alumnos, tiene que ver con problemas visuales o auditivos no diagnosticados a tiempo.
Cuando un alumno empieza a padecer problemas de vista o de oído debe concentrarse aún más para poder seguir el ritmo de la clase y esto suele producir un cansancio adicional y, a medio plazo, una falta de interés. A estos problemas, y debido al intento de estar concentrado, se une también los posibles dolores de cabeza además de que se genera ansiedad en algunos alumnos.
Aunque desde todas las instancias se recomienda unas revisiones rutinarias, tanto de vista como de oído, en algunas ocasiones no se detectan a tiempo estas deficiencias. Los que más tiempo pasamos con los menores, tanto los padres como los profesores, debemos estar atentos para poder descubrir a tiempo la aparición de estos problemas.
Existen señales que nos pueden ayudar a determinar estas perdidas de sensibilidad. Estas son algunas de ellas:
- Cambios bruscos en el rendimiento. Las "notas" son una señal o advertencia de que algo puede estar ocurriendo
- Dolores de cabeza tras la jornada escolar
- Cambios bruscos en el estado anímico
- Falta de ganas a la hora de acudir al centro educativo
- Problemas a la hora de concentrarse
Desde Coami Madrid animamos a todas las familias a que si detectan alguna sospecha actuen rápidamente ya que mediante el simple empleo de unas gafas o unas ayudas auditivas vamos a poder superar estas incidencia.